Puedo volar en mis recuerdos y caminar por el silencio que me lleva a un altar elevando mi cuerpo y zurciendo unas alas que usé con la intención de volverte a ver y volar por tu cielo siguiendo a una estrella que me lleva directo hasta ti.
Volé...
Volé...
Y te encontré sentada en la luna rodeada de nubes que adornan tu cielo pintando la noche de ollín.
Te encontré.
Te encontré...
Fue en la oscuridad dónde imaginé por fin conseguir besarte. Fue en la oscuridad dónde dibujé estrellas pa´ regalarte, dónde comencé a bordar el mar con rayos de luna y sal y así demostrar que te puedo amar con la intensidad del aire.
Fue en la oscuridad dónde imaginé por fin conseguir besarte. Fue en la oscuridad dónde dibujé estrellas pa´ regalarte, dónde comencé a bordar el mar con rayos de luna y sal y así demostrar que te puedo amar como aquel caudal que nunca quedó seco, como aquel caudal que nunca quedó seco.
Sin rechazar lo negro del cielo me atrevo a afirmar que alivias mis sueños y alejas temores del sol que alumbran los días en los que tu aroma, tu sombra y tu risa alumbran tu vida y no estás.
Te encontré...
Te encontré...
Fue en la oscuridad dónde imaginé por fin conseguir besarte. Fue en la oscuridad dónde dibujé estrellas pa´ regalarte, dónde comencé a bordar el mar con rayos de luna y sal y así demostrar que te puedo amar con la intensidad del aire.
Fue en la oscuridad dónde imaginé por fin conseguir besarte. Fue en la oscuridad dónde dibujé estrellas pa´ regalarte, dónde comencé a bordar el mar con rayos de luna y sal y así demostrar que te puedo amar como aquel caudal que nunca quedó seco, como aquel caudal que nunca quedó seco.
Volé...
Volé...
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