De nuevo quieren manchar mi patria con sangre obrera los que hablan de libertad y tienen las manos negras.
Los que quieren dividir a la madre de sus hijos y quieren reconstruir la cruz que arrastrara Cristo.
Quieren ocultar la infamia que legaron desde siglos, pero el color de asesinos no borraran de su cara.
Ya fueron miles y miles los que entregaron su sangre y en caudales generosos multiplicaron los panes.
Ahora quiero vivir junto a mi hijo y mi hermano la primavera que todos vamos construyendo a diario.
No me asusta la amenaza, patrones de la miseria, la estrella de la esperanza continuará siendo nuestra.
Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta. Así cantará el poeta cuando la muerte me lleve por los caminos del pueblo desde ahora y para siempre.
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