Desde hace algún tiempo te siento distinta, no sé qué será pero no eres la misma, observo en tus ojos miradas que esquivan la mía, cansada de tanto buscar tus pupilas pidiendo respuestas a cada por qué, pero adivino en ti algo que empieza a huir y no quiero entender cuando un presentimiento no crea razón, sólo infunde terror.
Siento que te estoy perdiendo... perdiéndote.
Y con monosílabos adormecidos pretendes decir que dialogas conmigo, tus gestos son más elocuentes, al menos son signos de tu indiferencia por todo lo mío y más si mi afán es hacerte feliz; qué fue lo que pasó, dónde estuvo el error que no pude impedir aunque sé que no es fácil decir la verdad no la digas jamás.
Mis labios no encuentran tu beso oportuno, ni encuentra mi cuerpo en tu cuerpo refugio, tan sólo pasivo abandono, distante desnudo que entregas como algo que no fuera tuyo, dejándote hacer en ausente actitud; qué mortal desazón es hacerte el amor cuando ya no eres tú. No quisiera saber, cuando sueles llorar, en qué brazos estás.
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