Cuando los hijos se van, y yo me siento a la mesa una profunda tristeza a mi me suele embargar
veo la casa tan triste miro las sillas vacías donde están los hijos míos porque los deje marchar (bis)
Cuando los hijos se van, te queda el deber cumplido si no son agradecidos los tendrás que perdonar;
es el deber de los padres quererlos hasta la muerte pero hay madres sin suerte que no tuvieron jamás.
Una caricia un consuelo de los hijos que se olvidan que madre tan solo hay una cuando forman un hogar;
una caricia un consuelo de los hijos que se olvidan que madre tan solo hay una y como ella ninguna.
|