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Después de brindar, se levantó, se despidió de los comensales
con delicadeza recogió el bolso Cristian Dior a juego con su traje,
atravesó el salón donde de chica jugaba a ser grande
y pensó como todo cambió, ´la vida no es un juego´ decía su padre.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado,
para comprobar que poco se cumplió
de lo que habíamos soñado.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado.
Reconsideró la situación antes de seguir adelante
y escucho las risas en el comedor y decidió que ya era tarde.
Subió a la habitación donde el viejo reloj marcaba sus horas
era justo media noche y sacó del bolso una pistola.
Y en medio de la cena se escuchó un disparo que arruinó la fiesta.
Y es que en las mejores casas a veces ocurren cosas como estas.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado,
para comprobar que poco se cumplió
de lo que habíamos soñado.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado.
Y en medio de la cena se escuchó un disparo que arruinó la fiesta.
Y es que en las mejores casas a veces ocurren cosas como estas.
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Después de brindar, se levantó, se despidió de los comensales
con delicadeza recogió el bolso Cristian Dior a juego con su traje,
atravesó el salón donde de chica jugaba a ser grande
y pensó como todo cambió, ´la vida no es un juego´ decía su padre.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado,
para comprobar que poco se cumplió
de lo que habíamos soñado.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado.
Reconsideró la situación antes de seguir adelante
y escucho las risas en el comedor y decidió que ya era tarde.
Subió a la habitación donde el viejo reloj marcaba sus horas
era justo media noche y sacó del bolso una pistola.
Y en medio de la cena se escuchó un disparo que arruinó la fiesta.
Y es que en las mejores casas a veces ocurren cosas como estas.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado,
para comprobar que poco se cumplió
de lo que habíamos soñado.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado.
Y en medio de la cena se escuchó un disparo que arruinó la fiesta.
Y es que en las mejores casas a veces ocurren cosas como estas.