Ésta es la nueva escuela, ésta es la nueva casa, casa y escuela nueva como cuna de nueva raza.
Éstos son sus jardines, éstos, sus semilleros hechos con adoquines de vergüenza, piedra y lucero.
Éstos, que continuamos bajo la sombra más que aguerrida de aquella semilla, vemos en estos muros un preludio del futuro que lo bueno de los años duros salvaron de ayer.
Éstos, los que habitamos los lugares alzados a golpes de sangre y martillo, más que vivir, juramos por los sueños, por las manos que por este edificio sin dueño se hicieron doler, doler.
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