cuatro muchachos impacientes charlan amablemente en la mesa de un bar beben de cara a unas escasas, pequeñas, esmirriadas estrellas de ciudad
uno sale hasta la puerta de calle y echa un buen vistazo alrededor sólo da con un silencio de neón todos miran por enésima vez las manecillas del reloj hay un par de celulares que titilan como titilan las ocho
pupilas de los flacos por el alcohol, el tabaco y el tiempo echado a perder beben como cualquier parroquiano la vista fija en el vaso y el vaso en el ayer
uno amaga a levantarse y empieza a saludar a los demás no te vayas, solo una botella más y mientras se oye el tintineo de los vasos al chocar todos piden un deseo cruzan dedos para que aparezca carmen
muchacha toda de fuego su lengua un reptil sediento recién venido del sol
carmen circuito lleno de curvas pista mojada y con lluvia y yo tan mal conductor carmen chubasquito de verano ancho mar de los sargazos donde vamos a encallar carmen mis monedas a tu fuente cruel espía, doble agente de jesús y satanás carmen entre tus piernas la vida se hace un poco más amiga una amiga con ventaja carmen los relojes se disipan y los gallos anticipan que amanece en la ciudad
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