Mil veces estuve muerto como quien dice, bien muerto el perro de amor, de desengaños, de amistad y por decreto. Fusilado de paredón prendí un cigarro compañero. Comprendí que no existe compasión en los ojos del matador con su fuego.
Mil veces estuve muerto, como quien dice, bien muerto el perro. De rabia, de bravura, por afuera y por adentro por la maña de hacer el bien Por los enfermos estuve enfermo Y lloré, todo lo que reí transformándose en mi lamento.
Y después de haber estado muerto tantas veces que ya ni me acuerdo se nutre la raíz del nervio que me da el razonamiento. Es que ya no puedo morir más por tantas veces que yo estuve muerto. Como quien dice bien muerto el perro. fuente: musica.com
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