¿De qué color es la luz?
preguntaba un ciego un día
a un muchacho juguetón.
Y el niño le respondía:
La luz es blanca, señor
y el ciego se sonreía;
blanca, blanca...
Y el ciego se entristeció
blanca, blanca...
Y el ciego se entristeció.
¿Y el blanco es algún color?
Blanca es la luna y el día,
mi traje de comunión,
mi casa es blanca, mis tizas,
la barca del pescador,
las gaviotas, la hermita...
calla, calla...
y el juguetón se calló
calla, calla...
y el juguetón se calló.
Y se fue, con la sonrisa marchita
y persiguiendo a un gorrión
voló doblando la esquina
y vuela, vuela...
y del ciego se olvidó,
y vuela, vuela...
y del ciego se olvidó.
¿De qué color es la mar?
preguntaba el ciego un día
a un marinero guasón
que del mundo se reía,
La mar es azul, señor
¿o es que no mira la ría?
y calla, calla...
y el cielo se entristeció
y calla, calla.
y el ciego se entristeció.
Y se fue, con la palabra marchita
y el marinero zarpó
disimulando la risa
y canta, canta...
y del ciego se olvidó,
y canta, canta...
y del ciego se olvidó,
y canta, canta...
y del ciego se olvidó.
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