Translation of Y Sigo Siendo Chileno by Tito Fernandez

From:

¡Y SIGO SIENDO CHILENO!
Letra: Orel Viciani
Música: Tito Fernández
Yo canto esta cueca larga,
con todito el sentimiento,
con la pena de estar lejos
pero el corazón contento.

Contento está el corazón,
a pesar de los desvelos,
rodando de tumbo en tumbo
y sigo siendo Chileno.

Chilenito sigo siendo,
quién me lo habrá de negar,
aunque las noches sean largas
siempre tendrán que pasar.

Siempre tendrán que pasar,
de eso yo estoy bien seguro,
nunca se ha visto que nadie
pueda parar el futuro.

El futuro no se para,
yo lo siento y lo lamento,
quien quiera que haga la prueba
de hacer pichí contra el viento.

Contra el viento no se puede,
mi vida estoy comenzando
a contar la cueca larga
que inventé un día, soñando.
¡Primera pata?.!

Les voy a contar, señores,
ramillete de jazmines,
como es que estoy tan re lejos
pero sigo estando en Chile.

En Chile sigo viviendo,
dulcesito de alfeñique,
mi corazón se quedó
en una calle de Iquique.

En una calle de Iquique,
a mí no me sacan pica,
he dejado la garganta
en un boliche de Arica.

De Arica son los boliches,
donde la plata se gasta,
mi sombrero y mi cabeza
se quedó en Antofagasta.

De Antofagasta me vuelvo,
porque así me da la gana,
yo dejé los pies bailando
en la fiesta'e La Tirana.

De La Tirana yo parto,
de la mano de una niña,
regalé mi costillar
en una quebrá'e Mamiña.
De Mamiña voy bajando,
derechito p'a las aguas,
enterré un ojito triste
en la arena de Pisagua.

De Pisagua caminando,
por esos cerros y a pata,
he dejado el otro ojo
mirando a Chuquicamata.

De Chuqui sigo bajando,
derechito p'a Calama,
ahí dejé manso suspiro
calentándome la cama.

De Calama me voy yendo,
por los caminos de dios,
se me quedó el rostro seco
en la plaza'e Copiapó.

De Copiapó caminando,
del Lunes hasta el Domingo,
se me quedaron las manos
en las playas de Coquimbo.

Coquimbo ¡caramba sí!
las papayas son re güenas,
se me quedaron los brazos
cuando pasé por Serena.

En Serena tomé el tren,
que me llevó por el riel,
y vendí mis veinte dedos
en la Estación de Illapel.

En Illapel las maletas
se me cayeron al agua,
se me gastaron las piernas
por los campos de Aconcagua.

De Aconcagua fui corriendo,
así la suerte lo quiso,
se me cocieron las tripas
chupando en Valparaíso.

De Valparaíso a Viña
me encontré con un amor,
que me comió hasta el tobillo
en un hotel de Con-Con.

En Con-Con me emborraché
con mi amigo, un tal Petronio,
y empeñé hasta los riñones
en el Puerto'e San Antonio.

San Antonio es muy hermoso,
y no es por hacer halago,
me mordieron la guatita
unas minas de Santiago.

Santiago es la Capital
y el amor es muy galante,
le regalé el pirulín
a una bruja en Talagante.

De Talagante embrujao,
me di una vuelta en el aire,
y me partí los colmillos
con un cacharro en Pomaire.

De Pomaire hasta Puente Alto,
de Calera hasta Quillota,
por dármelas de encachao
me dejaron empelotas.

Empelotas me dejaron,
yo no sé lo que pasó,
cuando perdí una canilla
una noche en Curicó.

De Curicó son las tortas,
de Talca París y Londres,
el poto sí no lo pierdo
¡caramba! porque soy hombre.

Hombre soy, soy hombrecito,
y lo digo con pasión,
se me mojó hasta el ombligo
con la lluvia en Concepción.

De Concepción a Lirquén,
con el agua hasta la tusa,
en Hualqui encontré a una caura
que le dicen "la Pelusa".

Pelusa, m'hijita rica,
versos vienen, versos van,
la panza llena'e mariscos
se me quedó por Chillán.

Chillán viejo, Chillán nuevo,
ya me anda penando el cuco,
p'a los que están escuchando
el que canta es de Temuco.

Es de Temuco el que canta,
pasé tremendo bochorno,
cuando dejé hasta los huesos
en una pensión de Osorno.

De Osorno voy a Valdivia,
manojito de copihues,
le regalé mi boquita
a una caurita en Llanquihue.

Llanquihue con Puerto Montt,
benaiga, dígame usté,
me robaron los bigotes
en la isla'e Chiloé.

De Chiloé pego un salto
y llego a un lugar donde hay que
ponerle precio a la vida
en la montaña en Coyhaique.

Coyhaique, voy terminando,
corazón hecho bandera,
el alma se me está helando
con el frío en Punta Arenas.

Y aquí se acaba la cueca,
¡chitas la payasá!
si alguno me mira feo
no canto ni una "hueá".
Hace tiempo que ando andando
y echando a Chile de menos,
los caminos van pasando
¡yo sigo siendo Chileno!
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¡Y SIGO SIENDO CHILENO!
Letra: Orel Viciani
Música: Tito Fernández
Yo canto esta cueca larga,
con todito el sentimiento,
con la pena de estar lejos
pero el corazón contento.

Contento está el corazón,
a pesar de los desvelos,
rodando de tumbo en tumbo
y sigo siendo Chileno.

Chilenito sigo siendo,
quién me lo habrá de negar,
aunque las noches sean largas
siempre tendrán que pasar.

Siempre tendrán que pasar,
de eso yo estoy bien seguro,
nunca se ha visto que nadie
pueda parar el futuro.

El futuro no se para,
yo lo siento y lo lamento,
quien quiera que haga la prueba
de hacer pichí contra el viento.

Contra el viento no se puede,
mi vida estoy comenzando
a contar la cueca larga
que inventé un día, soñando.
¡Primera pata?.!

Les voy a contar, señores,
ramillete de jazmines,
como es que estoy tan re lejos
pero sigo estando en Chile.

En Chile sigo viviendo,
dulcesito de alfeñique,
mi corazón se quedó
en una calle de Iquique.

En una calle de Iquique,
a mí no me sacan pica,
he dejado la garganta
en un boliche de Arica.

De Arica son los boliches,
donde la plata se gasta,
mi sombrero y mi cabeza
se quedó en Antofagasta.

De Antofagasta me vuelvo,
porque así me da la gana,
yo dejé los pies bailando
en la fiesta'e La Tirana.

De La Tirana yo parto,
de la mano de una niña,
regalé mi costillar
en una quebrá'e Mamiña.
De Mamiña voy bajando,
derechito p'a las aguas,
enterré un ojito triste
en la arena de Pisagua.

De Pisagua caminando,
por esos cerros y a pata,
he dejado el otro ojo
mirando a Chuquicamata.

De Chuqui sigo bajando,
derechito p'a Calama,
ahí dejé manso suspiro
calentándome la cama.

De Calama me voy yendo,
por los caminos de dios,
se me quedó el rostro seco
en la plaza'e Copiapó.

De Copiapó caminando,
del Lunes hasta el Domingo,
se me quedaron las manos
en las playas de Coquimbo.

Coquimbo ¡caramba sí!
las papayas son re güenas,
se me quedaron los brazos
cuando pasé por Serena.

En Serena tomé el tren,
que me llevó por el riel,
y vendí mis veinte dedos
en la Estación de Illapel.

En Illapel las maletas
se me cayeron al agua,
se me gastaron las piernas
por los campos de Aconcagua.

De Aconcagua fui corriendo,
así la suerte lo quiso,
se me cocieron las tripas
chupando en Valparaíso.

De Valparaíso a Viña
me encontré con un amor,
que me comió hasta el tobillo
en un hotel de Con-Con.

En Con-Con me emborraché
con mi amigo, un tal Petronio,
y empeñé hasta los riñones
en el Puerto'e San Antonio.

San Antonio es muy hermoso,
y no es por hacer halago,
me mordieron la guatita
unas minas de Santiago.

Santiago es la Capital
y el amor es muy galante,
le regalé el pirulín
a una bruja en Talagante.

De Talagante embrujao,
me di una vuelta en el aire,
y me partí los colmillos
con un cacharro en Pomaire.

De Pomaire hasta Puente Alto,
de Calera hasta Quillota,
por dármelas de encachao
me dejaron empelotas.

Empelotas me dejaron,
yo no sé lo que pasó,
cuando perdí una canilla
una noche en Curicó.

De Curicó son las tortas,
de Talca París y Londres,
el poto sí no lo pierdo
¡caramba! porque soy hombre.

Hombre soy, soy hombrecito,
y lo digo con pasión,
se me mojó hasta el ombligo
con la lluvia en Concepción.

De Concepción a Lirquén,
con el agua hasta la tusa,
en Hualqui encontré a una caura
que le dicen "la Pelusa".

Pelusa, m'hijita rica,
versos vienen, versos van,
la panza llena'e mariscos
se me quedó por Chillán.

Chillán viejo, Chillán nuevo,
ya me anda penando el cuco,
p'a los que están escuchando
el que canta es de Temuco.

Es de Temuco el que canta,
pasé tremendo bochorno,
cuando dejé hasta los huesos
en una pensión de Osorno.

De Osorno voy a Valdivia,
manojito de copihues,
le regalé mi boquita
a una caurita en Llanquihue.

Llanquihue con Puerto Montt,
benaiga, dígame usté,
me robaron los bigotes
en la isla'e Chiloé.

De Chiloé pego un salto
y llego a un lugar donde hay que
ponerle precio a la vida
en la montaña en Coyhaique.

Coyhaique, voy terminando,
corazón hecho bandera,
el alma se me está helando
con el frío en Punta Arenas.

Y aquí se acaba la cueca,
¡chitas la payasá!
si alguno me mira feo
no canto ni una "hueá".
Hace tiempo que ando andando
y echando a Chile de menos,
los caminos van pasando
¡yo sigo siendo Chileno!